El aporte arterial al cerebro está asegurado por la entrada en el cráneo de cuatro vasos, a través del agujero occipital entran las arterias vertebrales que se unen en el tronco basilar. Éste se divide en las dos arterias cerebrales posteriores. A través del peñasco del temporal entran las arterias carótida internas que alojadas en el seno cavernoso lateral a la silla turca, emiten las arterias cerebrales anteriores y medias, además de la tÃcnica. Las seis arterias cerebrales se unen alrededor de la silla turca a través de las arterias comunicantes anterior y posteriores para formar un polígono de siete lados.

El polígono de Willys. Esta formación es un mecanismo de seguridad en la vascular ización cerebral, ya que unos vasos pueden suplir a los otros. Finalmente, cada arteria tiene su territorio de distribución cerebral. La salida de la sangre venosa del cráneo se produce a través de senos venosos constituidos entre la duramadre y los surcos óseos del cráneo. Al final, todo se dirige hacia la vena yugular interna que llevará esta sangre a través del cuello hacia el corazón.