Este podcast forma parte de iVoox Originals. Disfruta de este avance. En Almería hay un edificio, iba a haber un edificio. El edificio Zorin, junto a la calle Altamira, precisamente era un edificio imponente. Uno de esos del desarrollismo de las ciudades españolas en el 70 de 10 plantas. Pero no sólo se derrumbó, sino que empezaron a pasar cosas. Aún hoy en día va a estar nuestro querido compañero Alberto Cerezuela. Tú en Almería hablas del edificio Zorin, te dicen quita, quita.

Pero claro, eso es suficiente para que queramos saber. Vamos a conocer la historia.

Hay tragedias que sacuden a una ciudad hasta sus cimientos y los almerienses aún se estremecen al pensar en el derrumbe del edificio Azorín. Ocurrió justo aquí. Fue terrible e inesperado, como si una fuerza descomunal golpeara a los pilares. Ocurrió el 15 de septiembre de 1970. A las doce y cuarto de la tarde de ese 15 de septiembre del año 70. Como un castillo de naipes. El edificio 10 plantas, 72 vivienda cae sobre sobre sí mismo, levantando una polvareda que la gente no sabía lo que era.

Yo era muy pequeñita, pero como fue algo terrible. Tengo momentos que lo recuerdo, sobretodo los gritos de mi madre, porque mi madre gritaba pensando que era una bomba. Y en ese momento se abrieron las ventanas de la casa y entró tierra roja. Era como un humo rojo, algo así difícil de describir, pero estábamos todos muy asustados y era todo, todo, todo era rojo, era tierra roja, como no sabíamos qué era. Y sí recuerdo cuando, cuando me asomé, cuando saqué la cabeza como.

Como vi a alguien, pero me tapé los ojos, vi a alguien caer, caer al vacío. Y recuerdo a mi hermano asustado. Estábamos todo mi tía tan. No sabíamos nada. Y mi madre llorando y gritando.

Hay que tener en cuenta que en el año 70 la ciudad de Almería era pequeña. Profesionalmente todo el mundo se conocía. El impacto fue terrible. Fue terrible. Cincuenta años después, a las personas mayores de la ciudad tú le hablas. Es difícil, le dice Edificio Florin y se le ponen los pelos de punta. Aquello fue una hecatombe. Fue una tragedia.

Sí, es verdad que tengo un compañero que en ese momento tenía once años, compañero de trabajo. Él me contó su experiencia personal. Él vivía cerca de la zona, de esa zona en la que la fábrica de Altamira y si recuerdo porque tenía 11 años. Si recuerda el momento de que se derrumbe el edificio, el ruido salió a la calle. La nube de polvo y sobre todo lo que le ha impactado y le ha quedado en su memoria es operarios que estaban en obra de la zona porque esa zona estaba en ese momento construyéndose mucho edificio.

Cómo? Cómo? Corrían hacia el lugar del derrumbe y lo que queda sobre todo el rostro de ella, ese rostro de de la incertidumbre, de dolor, de no saber qué estaba pasando.

Porque claro, hasta que no llegaron. Pero claro, lo que estaba pasando tenía que ser algo muy grande, porque había una gran nube de polvo y un ruido tremendo.

Creo que se puede comparar y no pretendo exagerar ni mucho menos con lo que puede ser el 11-S en Nueva York o los Estados Unidos. Es decir, una tragedia inesperada donde mueren muchas personas. Estamos hablando de 15, de 15 obreros que mueren. Y por otro lado, toda la parte heroica de almeriense médicos, policía, bombero, laDiputación, otro organismo oficial, incluso niños al salir del colegio que iban allí con el único afán de intentar ayudar a las víctimas, encontrar personas con vida e intentar paliar un poco aquí esa tragedia que había vivido la ciudad.

Hubo un héroe cuyo trabajo médico saltó a muchas publicaciones nacionales, un doctor de Almería especialista en traumatología con un bombero y con un albañil que ayudó a rescatar a un obrero que estaba atrapado y tenía la pierna atrapada con una columna.

Este doctor se metió en un túnel que hicieron los bomberos hasta llegar bajo miles de toneladas de escombros a operar a ese obrero que estaba atrapado en ese lugar tan inhóspito, en ese lugar tan terrible, con cadáveres alrededor, le pudo amputar la pierna y sacarlo. Tiempo después, muchas de las personas relacionadas con el edificio sufrieron extraños incidentes. Por eso aún hay quien piensa que aquella obra estaba maldita. Una serie de situaciones totalmente dispersa una de otra, pero que todas tienen que ver con gente que ha participado directa o indirectamente en la historia del edificio Zooni y toda en un breve período de tiempo.

Estamos hablando de 5, como mucho, diez años después del derrumbamiento del edificio. El magistrado navarro Esteban. Por ejemplo. A los pocos días de iniciarse el proceso judicial. El estaba dentro del tribunal que iba a enjuiciar el caso, pues de pronto lo tienen que atender porque le da una una infección y ha habido muerte y rápidamente lo tienen que lo tienen que intervenir el presidente de la Audiencia Nacional, que se hizo cargo también de este juicio. Tiempo después, siendo presidente de la Audiencia Provincial, fallece también de repente casos como por ejemplo el del arquitecto.

Este hombre va a Nigeria por motivos laborales. Allí contrae una extraña enfermedad tropical y fallece a los pocos días de volver de ese de ese viaje. Parece que, por ejemplo, su madre, Adela Pérez, que curiosamente le está gustando lo que escuchas.

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