Este podcast forma parte de iVoox Originals. Disfruta de este avance. Bueno, gigantes, el misterio que venía a continuación, yo les decía que el tema era potente y una densidad especial.

El misterio de una casa en casa de campo, casa con piscina, casa muy de la provincia de Valladolid, de segunda vivienda, segunda residencia y que vista con los ojos de ahora y con lo que pasa cobra una especial dimensión el jardín, la casa, lo que ocurre años 70, verdad? Y una piscina y una piscina que guarda un secreto y una tragedia. Nuestro compañero de zona, Raúl, lo ha pasado muy mal, pero muy mal. De descompuestos ya muy mal.

Entonces quiero que sepan todo lo ocurrido en esta investigación. Volvemos sobre el terreno. Máxima atención. Ahora ya son horas para contar todo esto. Y hay algo. Hay algo en el ambiente que no es fácil de olvidar. Entramos. Abrimos la verja de esa casa para investigar.

Aquí hubo una historia que cuando yo tenía 7 años aproximadamente, de cara al verano, vinieron mi abuela y una señora para limpiar el chalé y la señora que venía a limpiar trajo a su niño, que tenía cuatro o cinco años, y uno de los momentos le debieron despistar cuando estaba entendiendo la ropa en otra zona del terreno.

Y el niño debió ver algo en la piscina que le llamó la atención. Creemos que fue en un patinete y se vio caer. Entonces ya subieron por otra parte de la piscina y cuando le vieron en el fondo, en una de las esquinas, boca abajo, en el fondo del agua. Era el primer día, además que pna. Y por más que gritaban, y por más que chillaban, y por más que todo, se paró hasta una ambulancia en la carretera, pero no sabían nadar, no podían sacar al niño.

Un drama.

El niño estuvo tres días cuerpo presente en una de las habitaciones, esperando a levantamiento del cadáver, hasta que finalmente bueno, pues tuvo lugar en ese período. Tuvieron que ir a por hielo en la gasolinera, con petalos, etcétera, para evitar. Bueno, pues evidentemente todo lo referido a los olores, a la descomposición, etcétera del del propio cuerpo. Nos destrozó la vida por mucho tiempo, porque no nos atrevíamos a meternos ni en la piscina siquiera de pena que nos daba.

Luego, ya unos años más tarde, pues hace unos treinta, treinta y tantos años, con un amigo que veníamos aquí a. Al encender la calefacción unos 30 años que no venía por aquí, porque lo que sucedió aquí para mí fue horroroso.

Pues nada, llegamos sobre las 8 de la tarde de invierno. Veníamos simplemente para poner la calefacción porque iban a venir sus padres el fin de semana para que la tuviesen a temperatura. Y bueno, pues estábamos bien tranquilamente. Mi amigo entró en la habitación de su madre. Tocó unos objetos que no tenía que haber tocado y a partir de ahí se apagaron las luces, se cerraron todas las puertas. Nos quedamos encerrados en el salón. Ruidos de ventanas especiada se abrían, se cerraba.

Se oían cacharros de la cocina, ruidos, se encendió la chimenea. El caso es que aquello fue brutal. No sé si pasaron segundos, fueron horas, pero yo lo pasé muy mal y decidí no volver. Por algo, por esta finca, vamos. Bueno, aquí desde. Desde siempre, por lo que cuentan los testigos, ha habido sesiones de güija, sesiones de parapsicología. Bueno, pues desde los principios casi de la construcción de la vivienda, que han sido vividos en primera persona por Carmen y por el entorno de parapsicólogos, que venía a comprobar, a hacer grabaciones, hacer mediciones y a ver qué es lo que pasaba.

En este sentido, dentro de la casa.

Y si oíamos, oíamos una campana por la noche, después de estaba banda, aparte de que pasábamos mucho viendo, oíamos campanas, pero luego oíamos que las puertas se cerraban y se abrían aquí en casa.

Y oíamos como una voz. Sé que en una noche nos hemos ido a dormir. Nos nos hemos quitado las zapatillas en pijama, nos hemos metido en la cama y al siguiente día por la mañana, en vez de encontrar las zapatillas al lado de la cama. Como es normal. Pues las he encontrado a la puerta. Las puertas.

Por ejemplo, si yo entro en una habitación y salgo y lo cierro, se abre. Lo encuentro abierto. Cosas como detalles y pongo un vaso de agua encima de la mesita. Ya no está encima de la mesita, sino que está al lado, en el mueble o cosas así.

Y el reloj del horno empezó a marcar las horas como en una rueda sin parar.

Sé que hay algo. Hay alguien. Eh? Siempre nos acompañan en esta casa. Pues señores, creo que evidentemente dejar una estafa te está gustando lo que escuchas, este podcast forma parte de iVoox originales y puedes escucharlo completo y gratis desde la aplicación de iVoox, instalarla desde tu gestor y suscríbete a él para no perderte ningún episodio.