Te pusiste a pensar alguna vez por qué consideras que algunas cosas son normales y otras no.? Digo, porque te habrás dado cuenta de que todas las sociedades del mundo tienen algunas ideas sobre lo que es normal y lo que es anormal, y que esas ideas cambian muchísimo, no sólo de sociedad en sociedad, sino también con el tiempo. No se piensa, por ejemplo, en las ideas que tenemos sobre la esclavitud o las que tenemos sobre el rol de las mujeres.

Ahora, quién define qué es lo normal? Parecería ser que tiene que haber algún tipo de poder que lo haga. Y cuando digo poder, probablemente te lo estés imaginando como algo negativo que funciona desde arriba, ponele, desde el Estado y que te obliga a hacer a la fuerza cosas que no necesariamente querés ni consideras buenas para vos. Pero esto no necesariamente es así. Y eso fue lo que trato de demostrar Michel Foucault, que es probablemente el filósofo más influyente de la segunda mitad del siglo XX.

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Abar contextual hicimos un poquito, Fuuko empieza a reflexionar sobre el poder después de un momento icónico del siglo XX, el mayo francés de 1009 68, que fue en principio una gigantesca revuelta estudiantil. No me voy a meter mucho en esto, pero sí me parece importante decir que fue un movimiento bastante inorgÃnico, sin líderes claros, y que eso permitió que muchos se dieran cuenta de que hasta ese momento el poder se venía ejerciendo de una manera demasiado rígida, demasiado jerárquica, incluso al interior de los partidos políticos de izquierda, donde uno por ahí hubiese esperado un poquito más de horizontalidad.

Se podría pensar que el mayo francés consistió básicamente una crítica a la autoridad en todos los ámbitos familiar, profesional, laboral, sexual y significó posta un antes y después para el pensamiento filosófico. Acordate que era plena guerra fría y todo el mundo estaba atrapado en la dicotomía entre el capitalismo, representado obvio por Estados Unidos y el comunismo de la Unión Soviética. Gracias al levantamiento del 68, muchos pensadores se animaron a salir de esa dicotomía. O sea, le perdieron el miedo a no tomar partido por unos ni por otros.

Y empezaron, por un lado, a elaborar una tercera posición política y por el otro, a dedicarle atención a algunos temas más concretos, más materiales, que habían sido descuidados por la tradición filosófica, como por ejemplo el cuerpo, el deseo, el placer. Y en ese camino Fuuko cumplió un rol fundamental. Es imposible explicar todo. Fuuko en un solo capítulo porque se hizo una banda de temas y su pensamiento fue cambiando mucho con el tiempo. Esta vez me voy a concentrar en lo que creo que constituye la base de todo su pensamiento.

O sea, en cómo reelabora la idea de poder que se encuentra en dos de sus libros más conocidos vigilar y castigar. Y la voluntad de saber entender cómo funciona el poder nos va a permitir entender cómo definimos que nos resulta normal y qué no.. A ver, simplificando un poco, podría decirse que hasta la década del 70 había en el campo filosófico dos grandes representaciones de lo que era el poder en una más propia de la filosofía marxista. Se lo pensaba básicamente como una fuerza represiva que lo que hacía era mantener vigente el sistema de producción capitalista y la división de clases en la otra más propia de la filosofía liberal.

Si lo consideraba como un derecho que los individuos tenían y que podían delegar al soberano, o sea al Estado por medio de un contrato. El famoso contrato social. De hecho, en las sociedades democráticas occidentales ese contrato se sellaba y se sigue cesando, al menos idealmente con el voto en las elecciones. Pero a Fuku no le alcanza ni una definición ni la otra, porque lo que él descubre es que el poder está mucho más presente en nuestras vidas cotidianas de lo que creemos.

No está solamente en esos momentos en que el Estado te dice lo que podés y lo que no podéis hacer a través de las leyes o cuando la policía te reprime en una manifestación, está en cada vínculo que estableces. Está entre padres e hijos, entre profesores y alumnos, entre médicos y pacientes. O sea, para Fuuko no hay tal cosa como el poder así en mayúscula, sino relaciones de poder que unos ejercen sobre otros. Y en esas relaciones no siempre ejercen el poder los mismos.

En realidad nos la pasamos cambiando de roles. A veces vos lo ejerces y a veces sos víctima. No sé. En tu casa, por ejemplo, puedes sacar a un poder sobre tus hijos o sobre tus hermanitos más chicos, pero en el laburo o en el colegio estás sometido al poder que ejercen sobre vos, tus jefes y tus profesores. El presidente ejerce el poder como cabeza del Estado, pero cuando va al médico está sometido al poder del médico, que es el que tiene el conocimiento técnico y en definitiva, el que tiene la posibilidad de salvarle la vida.

O sea que las relaciones de poder no sólo son flexibles, sino que además están siempre mediadas por relaciones de saber lo que busca ficó. Una vez que desarma la idea tradicional de poder. O sea, esa idea más rígida, más jerárquica, más verticalista, es reconstruir la historia de lo que llama sociedades de normalización, de aquellas sociedades en las que instituciones a cargo de regular y organizar la vida de los individuos y de las poblaciones a partir de una determinada norma.

Ya sé que suena muy abstracto, pero te pongo un ejemplo. Te preguntaste alguna vez porque los locos están encerrados en determinado momento? Las sociedades occidentales fijan una norma que determina lo que es estar cuerdo y lo que es estar loco a partir de esa norma que no es estática que flexible. La vida de los individuos se organizar de manera tal que si entras dentro del grupo de los cuerdos, puedes estar libre y tranquilo y disfrutar la vida. Pero si estás dentro de los locos, tenés que estar encerrado.

Este es un ejemplo extremo, obvio, pero incluso si no estás loco o loca vos, si vos también sos un efecto de la normalización institucional. Porque quieras o no, te dieron forma un montón de instituciones la familia, la escuela, la iglesia, la empresa. Para Fuuko, cada una de estas instituciones fija en nuestros comportamientos, nuestros hábitos e incluso en nuestros cuerpos, ciertas normas que tenemos que interiorizar si queremos formar parte de una sociedad productiva, sea capitalista o comunista.

Y acá es donde aparece con. Más famoso de la filosofía de Funko. Escuchaste hablar del panóptico? Bueno, el panóptico es justamente la gran metáfora para entender cómo circula el poder en las sociedades modernas a partir del siglo XVIII. Básicamente es una cárcel diseñada de tal manera que un guardián ubicado en una torre central pudo observar a todos los prisioneros al mismo tiempo, sin que ellos sepan si están siendo observados o no.. Lo loco este sistema es que si funciona bien en determinado momento, la sola posibilidad de estar siendo observados hace que los prisioneros se comporten correctamente.

O sea, ni siquiera hace falta guardián. Y eso es lo genial del panóptico que permite que el poder funcione automáticamente. Es así como las sociedades disciplinarias que se basaban casi exclusivamente en el castigo ejemplar. Por ejemplo, en el encierro o en la tortura pública, empiezan a convertirse de a poco en lo que otro filósofo que se llamó Sils, les va a llamar sociedades de control, en las que el ejercicio del poder es un poco más sutil. Y este pasaje se corresponde con el pasaje de las viejas sociedades monárquicas a las modernas sociedades capitalistas, a ver, al viejo sistema de poder que estaba basado exclusivamente en el castigo.

Se le escapaban muchas cosas. Resultaba demasiado costoso, no solo en términos de esfuerzo y de tiempo, sino en términos materiales de plata. Enfrentar todos los problemas al mismo tiempo. Y por eso lo que pasaba es que la mayoría de los delitos terminaban quedando impunes. Ahora, si este sistema es caro y es ineficiente, hay que mejorarlo, especialmente si hay un nuevo sistema económico, el capitalismo, que necesita optimizarlo todo. Hace falta entonces encontrar una forma de ejercer el poder que no sea puro gasto, sino que vaya en el mismo sentido que ese proceso económico.

Y eso es el panóptico, porque el panóptico justamente optimiza el ejercicio del poder. Si sentís que todo el tiempo está siendo vigilado porque hay cámaras, porque hay sistemas de reconocimiento facial, porque trabajas en un espacio en el que tu jefe puede ver siempre lo que estás haciendo, vas a evitar escaparte de la norma. Y lo que descubre Fuuko es que el panóptico en realidad es mucho más que una cárcel particular diseñada por un filósofo del siglo XVIII. Es, ni más ni menos el mundo en el que vivís.

Pero además, el panóptico en la modernidad gana protagonismo. Otra forma de ejercicio del poder la biopolítica. Un concepto que está muy de moda en la filosofía de hoy y que podríamos definir como la preocupación creciente por regular la vida biológica de la población. De nuevo, ya lo sé. Esto es muy abstracto. Qué quiere decir regular la vida biológica de la población? Bueno, a partir del siglo XIX lo que ocurre es que los gobiernos empiezan de alguna manera a estatizar lo biológico, a preocuparse por la vida de la especie humana en su conjunto.

Por eso es en ese momento que aparecen la demografía, los censos, el control de nacimiento, la medición de los índices de mortalidad, de longevidad. Ahora, ojo, para Fuuko la biopolítica no es ni buena ni mala en sí misma. Es un hecho. Es una forma del ejercicio del poder que apareció en un momento histórico y adoptó maneras diversas. Por ejemplo, los gobiernos que implementaron el Estado de bienestar tuvieron una biopolítica que buscó mejorar las condiciones de vida, de higiene y de salud pública y la población y en buena medida lo lograron.

Y el nazismo es el ejemplo completamente opuesto, porque, como todos sabemos, su biopolítica consistió básicamente en exterminar a buena parte de la población. Y si te ponés a pensar, vas a encontrar mil ejemplos actuales en los que se está poniendo en juego la biopolítica. O sea, acordate la regulación desde el gobierno de la vida biológica de la población, a veces para bien y a veces para mal. La obligación de darse ciertas vacunas, por ejemplo, es una forma de la biopolítica que contribuye al cuidado de la población y la prohibición del aborto legal, seguro y gratuito.

Todo lo contrario. Bueno, retomo un poco hasta acá por si te perdiste para Funko. En las sociedades modernas el poder está en juego todo el tiempo circula. No está limitado a un tipo particular de gobierno ni funciona de manera piramidal, y tampoco puede reducirse a la represión más que represivo. El poder es esencialmente productivo y lo que produce ese poder son sujetos, sujetos normales, o sea que entran dentro de la norma que el propio poder fija te produce a vos y me produce a mí.