Son las once y nueve de la mañana. Miren, les cuento o les voy a contar que la vida de Enrique Pàmies no ha vuelto a ser la misma desde el 4 de mayo del 2006. Aquel día puede que usted lo recuerde. Se produjo el chivatazo, un supuesto operativo puesto en marcha por él. Siempre lo ha negado. Para evitar la detención de varios individuos por formar parte del aparato de extorsión de ETA, el dispositivo de escucha de la policía en el automóvil de ellos evaluó Suva y su testimonio le implicaba directamente y según la sentencia en el chivatazo.

Él insistía en que no hizo esa llamada, pero lo que parecía que se iba a resolver rápido ha sido una auténtica pesadilla. Los que le alabaron un día le abandonaron al día siguiente y la carrera de Enrique Pamies se derrumbó en segundos. Treinta años de lucha antiterrorista se derrumbaron. Un hombre que dejó de acudir al funeral número 20 de compañeros que iba perdiendo pero que nunca dejó su compromiso y su lucha. Lo ha escrito en un libro que está estos días levantando mucha polvareda, mucha y mucho interés.

Don Enrique, para mí es muy buenos días.

Hola, muy buenos días.

Por primera vez da su extenso testimonio en un libro Cómo luché contra ETA, escrito por Pablo Muñoz y Antonio Sala. Y usted defiende en él lo que siempre ha defendido, que no dio el chivatazo ni aunque hubiera salvado un proceso para acabar con la con la violencia. Por qué todos quisieron señalarle a usted? Bueno, pues no lo sé. Se examinaron una serie de datos y esos datos me parece que eran unas 3000 llamadas y decían que mi llamada era la clave.

Cierto es que me dejaron sin examinar 3000 llamadas porque nunca se buscaron y bueno, pues era. No sé si es blanco propicio o hacía falta alguien. Y bueno, pues como se suele decir habitualmente, me tocó. Me tocó lo del pato. La afirmación de que yo he participado en la desarticulación de 50 comandos financieros. Lo que estamos hablando de la organización ETA choca con la de colaborador de ETA, por lo que usted fue juzgado. A usted le pareció algo surrealista?

Usted entiende cómo le han juzgado? Pues entenderlo no lo entiendo. Y menos cuando recuerdo aquel 23 de diciembre de 2008 que el juez Baltasar Garzón nos toma declaración por primera vez y nos dice que nos acusan de colaboración con banda armada. Y yo, que no sabía a dónde mirar, digo pero qué está diciendo este hombre? Primero, porque me conocía él. Yo había participado en operaciones bajo la dirección de la Comisaría General de Información, pero a sus órdenes.

Y digo. Pero bueno, no sé. Bueno, ya a partir de ahí. Ya. Bueno, pues fuimos. Pues no sé. Pues de desastre en desastre. Hasta gastÃ. Hasta que llegó la hora. Hasta que llego la sentencia final.

Ahora hábleme de Víctor García Hidalgo, quien era Víctor García Hidalgo. Cuál era su trabajo? Coordinar con las fuerzas de seguridad la protección de concejales cuando era un blanco prioritario de la organización terrorista. Cómo le conoció? Pues a pesar de lo que se ha dicho muchas veces Víctor García Hidalgo, le conozco el día que juró el cargo como comisario en 2004, porque yo antes siempre había estado en San Sebastián y en San Sebastián, pues los los alaveses no pintaban nada, no pintaban nada.

Me refiero a que no teníamos ninguna relación con ellos y menos yo. Nada hasta aquel entonces inspector y inspector jefe. Después y el día que juró el cargo en 2004, en mayo del 2004, el 14 creo que fue el 14 de mayo, el 15 de mayo, pues el que era todavía comisario general de Información, que le iba a dejarte ser enseguida porque se marchaba la empresa privada me lo presentó, me dice mira, este es Víctor García Hidalgo, que es director general, es el nuevo director general de la Policía, que es de Vitoria y es donde tú vas destinado como tu primer destino como comisario.

Y ahí es donde le conocí. Ni le había conocido antes ni de nada. Luego sí supe. Bueno, pues que. Pues que este señor sería el director de don Víctor García. De algo se dedicaba al tema de la coordinación de los concejales amenazados y demás. Pero bueno, yo la verdad es que hoy en Guipuzcoano no había tenido ni ningún trato. Es que no lo había visto nunca.

Bueno, luego fue usted jefe superior en el País Vasco, elegido por García Hidalgo. Sí, ellos tenían algunas diferencias, incluso ideológicas, pero eso no importó. Por entonces, los éxitos policiales, la verdad, se sucedían. Digamos que en ese momento usted era feliz haciendo su trabajo. Sí, claro. Muchísimo. Es más, me parece que vienen en el libro, pero a mí cuando me llama el director y todo gracias a algo y me dice Enrique Barón que era el jefe superior, se va a Madrid de jefe superior a Madrid y si vas a ser el nuevo jefe superior del País Vasco.

Y yo le dije Mire director, digo, a mí me evalúo operativo. No, no me veo en lo que la policía llamamos moqueta. Digo esto de la moqueta a mí no me va, no me va demasiado, yo prefiero el pisar la calle, dice. Sí, dice, pero precisamente por eso te quiero a él, te quiero en esa jefatura. Además, ella ya había miembros. Habíamos comido un par de veces, siendo yo provincial de Vitoria y ya me sabía de ello.

Precisamente Relaciones Públicas no lo soy. No soy, no? Pues a mí esto de ir a comer, ver si hay que ir a comer alguna vez se va, pero la comida termina y yo me voy al despacho. O sea, eso de enlazar comidas con cenas y copas y tal. No, primero porque no bebo. Y bueno, eso no es óbice para que luego lo haga. Pues me parece, me parece muy adecuado, pero a mí no me iba.

Dices que precisamente necesitamos el velo? Me dijo. Necesitamos a alguien en el País Vasco que precisamente conozca a ETA. Pues entonces, en ese caso, además, cuando te dicen una cosa así, no, no tienes. Es muy difícil decir pues mira, pues no puedo, me voy. Si usted lo dice, pues adelante.

De dónde nace la acusación de que usted era colaborador de cuéntemelo secuencia de los hechos? Pues bueno, pues se hace la famosa operación. Fracasa, fracasa, según se relata. Y el proceso es. Que habían puesto una? Bueno, parece ser, no habían puesto una baliza en una baliza de audio en el coche de los UWA o de un familiar de los SUVA. No lo sé. Y él, en el transcurso de ese día del día 4 de mayo, comenta que ha habido un policía, un madero.

No sé, como, no sé. No me acuerdo que terminó voseo ocurra. No lo sé. Qué le había? Ya había hecho una llamada de advirtiéndole de que sería. No, no hicieran nada, no pasarán, no pasarán. Las botellas de vino que eran era una clave para decir el dinero que no las pasaron a los contactos de Francia y a partir de ahí se empiezan a buscar llamadas, llamadas y ya les digo, pues al final encontraron la mía.

Y como resulta que de esas 3000 llamadas parece ser que la única entre policías era la mía, pues me tocó supuestamente esa llamada o la que se realizaba era para impedir esa operación y también para favorecer algún tipo de negociación política que se estaría llevando en ese momento. Hombre, visto lo visto después de tantos años, imagino que sí, que era precisamente ese día que se reunía este emperador y mazo con el presidente en Madrid. En la operación está metido un alto cargo del PNV y ha fallecido.

No me viene el nombre, parece bueno y bueno, pues parece ser que no era lo adecuado o que o quienes lo hicieron pensaron que no era el adecuado y dijeron bueno, pues no lo hacemos y ya está.

Desde que lo imputan todo se vuelve una pesadilla. Bueno, una pesadilla. Lo que pasa es que bien, como ya relato en el libro, pues yo tenía mis órdenes, un montón de gente de independientemente estaba sólo en esto del País Vasco, pero había gente, pero en especial la gente, mi gente de información y yo tenía que mantener el tipo era o no podía dar señales de que yo estaba hundido porque pues entonces mal, mal plantel tenemos. Yo siempre he estado hoy procurado estar a la cabeza de toda operación en las que participe para mi gente y como siempre he dicho, y figura en el famoso libro famoso.

Jamás he pedido que alguien hiciera algo que no hubiera hecho yo antes o estuviera dispuesto a hacer empresa. A pesar de aquello, usted tenía que seguir trabajando y tenía cómo? En qué condiciones trabaja usted entonces?

Pues las mismas de todos los días, sólo que con la espada de Damocles que procuraba que ni mis compañeros ni mi familia se enteran. Pues vamos a enteraran, me vieran, se enterase, se enteraban porque salía empresa cada dos por tres. Pero bueno, procuraba que no se notara nada. No tiene importancia. Esto, esto, esto pasará, no os preocupéis. Y nosotros a lo nuestro, a. A seguir dándole. Hasta que. Hasta que eres doblaremos.

Como así sucedió. Bueno, continuamos con la historia. Cuando a Baltasar Garzón le saltaron sus problemas con la justicia, tomó el relevo al juez Pablo Ruz y la instrucción del caso. A usted tampoco lo convenció. Buscaba que usted confesase.

No le importaba, la verdad, sí o no. Yo es que con todos mis respetos al juez Ruz, además siempre lo he dicho, digo de leyes debe saber vamos Intermediate. Y eso no es indudable. No lo pongo en duda, pero como instructor yo. A ver, es una opinión muy personal y que podrá ser, podrá estar de acuerdo o no. Yo creo que la Audiencia Nacional en aquel momento le venía grande porque él se limitaba a instruir lo que la policía.

Bueno, el equipo investigador le daba, no lo daba como hecho cierto. No, no admitía réplica, no admitía otra cosa. Y entonces la prueba la tienes que abogada de todos los recursos que presentamos todos nos lo rechazó. Ya puede ser por H o por B. Es que igual ya podemos presentar lo que nos diera la gana, no? A mí, sinceramente, nunca me esquemas yo, pero no sé si me va a tomar declaración una vez no lo recuerdo.

A mi compañero Ballesteros sí y se las hizo pasar o él pensó que se la ha sido pasada bastante canutas. Pero bueno, pasó lo que pasó. Y aquel caso Faisán. En aquel caso, Faisán si que es cierto que en el bar Faisán entró con un teléfono y se lo dio al que al dueño del bar en ese momento y alguien le dijo al dueño del bar suspender la entrega del vino. Si parece, según según la sentencia de la Audiencia Nacional, sí, exactamente.

Y póngale nombres a todos ellos. Si, a ver, todos podemos tener sospechas. Lo que pasa es que las sospechas, si no tienes pruebas, no se pueden. No se pueden poner ni decir. Yo lo que sí sé es que Ballesteros estaba haciendo otra función, función que yo le había encargado. Y es que para nada tenía nada que ver con ese tema. Y además, perdón si me permite un momento el tema de famoso de esa baliza de la baliza de audio.

El Tribunal Constitucional, después de que la sentencia no está en la Audiencia Nacional y del Supremo, no fue por nuestro caso, fue por un caso aparte. Pero el Constitucional declaró ilegal ese tipo de escuchas, o sea, las declaró ilegales porque no estaban reguladas en ley. Bueno, pues qué casualidad de que el Tribunal Constitucional ya se negó a admitir a trámite nuestro recurso. No es que dijera que no teníamos nada. Es que se negó a admitir a trámite.

Pero en cambio sí que lo admitió para los miembros de la red de extorsión. O sea, cuando le cobran detrás de nosotros. A ellos sí que dijeron que de ese tema no se podía hablar, porque ese tema, al ser una prueba, no sé cómo lo dicen. Prueba prohibida creo que es. No se puede preguntar sobre lo que hay. Si. Si. En nuestro caso. A ver. Y que luego cada uno piense lo que quiera.

Si es que a estas alturas ya no, no me viene de una, de dos. Pero si esa prueba no existe, jamás podrían habernos acusado, independientemente de que la gente piense que no es culpable. Bien, si seré culpable. Pero según la legislación española, si la prueba no es válida, no existe, no hay responsabilidad. Pero bueno, ya le digo que esto es ya a toro pasado.

Pero vamos, no se crea ni que ni él ni ningún juez del Supremo, ni ningún juez de la Audiencia Nacional se ha limitado luego en revisar el caso que digo yo que algún derecho también tendríamos.

Es cierto, cuando me ofrecieron salir bien parados, si se involucraba a Pérez Rubalcaba, que entonces era ministro del Interior.

Sí, pero más. Es una cosa que me extrañó porque yo pensé que me iban a pedir que implicara al presidente Zapatero. Era que el objetivo era Rubalcaba. Bueno, también es cierto que la diferencia entre ambos era abismal. O sea, Rubalcaba era la inteligencia personificada y Cesura era un político. Una vez estoy hablando como político y además lo he dicho muchas veces, el mejor ministro del Interior con el que me he cruzado en treinta años como ministro del Interior en la lucha antiterrorista, en otras facetas las desconozco en política general.

Pues no lo sé, porque no es mi. No es mi campo. Pero como ministro del Interior vamos fuera de serie, como persona. Pues bueno, ya lo he dicho muchas veces, para mí deja mucho que desear. Pero bueno, eso es aparte. Quién le ofreció salir bien parados? Involucraba a Rubalcaba?

A ver, pues en el libro sale en una ocasión una comida que tenemos con Basagoiti. No es que te dijeran directamente así esperábamos verte y te dicen tú eres el eslabón más débil y ya sabes si el objetivo es Rubalcaba. Y si esto sucede, pues tú no te preocupes, que la cosa puede salir bien. Digo joder bien, perdón por la expresión, pero bien relativamente. En España no existe lo que existe en Italia. Creo que les llaman los títulos los arrepentidos de Cosa Nostra, que les dan inmunidad y punto.

Aquí en España tú si te declaras te comes el marrón con los jueces, luego te lo rebajan en uno o 2 grados, pero nada más. Y bueno, ni en Estados Unidos eso de Estados Unidos es diferente.

Me gusta, oculta muchas cosas en el libro que son muy interesantes. Independiente de este proceso, de este famoso caso, Faisán cuenta como tuvieron controlado a Josu Tornero Ternera y a otros en París, cuando iban camino de Noruega y se les dio órdenes desde el gobierno de dejarles seguir hasta la reunión. Entonces estaban el gobierno era el gobierno de Mariano Rajoy?

Si. Y ver no es exactamente como usted lo ha relatado en el libro, viene bien. Además, eso viene. Eso lo tomo de aparte, que yo la sabía porque por mis compañeros es una forma operación de la comunidad en la información. Pero venía. Eso viene relatado en un libro de Rogelio Alonso. Bueno, pues que los más o menos no vienen así. Yo sé que unos compañeros de siguieron no a Josu Ternera, sino a un enlace y hasta París y París, pues salían vuelos para varias ciudades noruegas.

Y ahí se les dio orden de dejarlo regresar y punto. Y luego, ya digo, Rogelio Alonso en un libro no recuerdo el título. Viene como allí estaban los tres. Estaba Josu Ternera, estaba David Ply y Iratxe Sorozábal y ahí estuvieron hasta que se marcharon y se tiraron.

Pero ustedes se han jugado la vida en no pocas ocasiones. Tantos años. En fin. Además, toreando confidentes, que también tiene una dificultad notable cuando ha sido cuál ha sido el peor momento. Con los confidentes, no jugándose la vida con todo esto. Bueno, no sé porqué el esto te lo lo ves a toro pasado. O sea, no era el momento en que te está sucediendo. Tú no. No es por la adrenalina, por las ganas que tienes, por lo que sea.

Tú no notas eso. O sea, puedes ir a una operación diciendo coño, que aquí todo puede salir mal. Bien, pero tú lo que tienes ganas es de ir a por ello. Porque bueno, eso es para lo que te pagan. Es tu vocación. Y en mi caso era mi pasión. Pues tanto. Pues no sé. Pues en el piso de un piso de Rentería, que lo que se cuenta, pues como si el etarra hubiera querido el segundo, porque yo me fui a por el primero.

El segundo, que estaba escondido allí, detrás de un rincón. Pues si hubiera querido me hubiera fumigado tampoco. A ver, no es que no pase nada. Lo hubiera lamentado bastante claro. Y mi familia? Pero eso lo cuentas luego y te ríes. Dices cuando se te pasa la adrenales. Madre mía de la que he salido el piso de Zara o donde adiós gracia. Fueron los Geo los que entraron, que yo iba de cabeza a entrar.

El primero porque llevaba las llaves y y estaban dentro los terroristas, los dos liberados de ETA y el Jehov. Afortunadamente para eso son, son, son lo que son. Y me dijo hace no marchate para abajo que esto no es. Digo no, no coño, que dice que no tupa abajo. Y bueno, pues afortunadamente me bajé y ellos entraron, se hubo una ensalada de tiros y un o resultó herido, pero vamos bien. He relatado como cuando baja y le veo y me paro, pero vamos, te lo dice como estamos hablando usted y yo ahora mismo nos dice dice oye, déjame tumbarme que me han dado y para que si me mareo, que no me.

Que no me caiga. Digo que te han dao pero que te han dado el catty. Bueno, pues un tiro que me haga nada y jode. Yo pidiendo ambulancias ahí como un cosaco y el tío. Pero vamos, es que si a ese día no llegan a estar los GEO y entramos nosotros, obviamente, posiblemente a alguno de los otros no hubiera, no le hubiera contado nada, tampoco ellos hubieran salido del piso, eso seguro. Preguntas que os digo de González, que hace tiempo Goyo González.

Ah, perdón. Hay algo que usted sepa y que no haya podido contar en su libro? Si le preguntara a una de ellas, no me respondería claro. Evidentemente no. Los caminos de la lealtad son siempre rectos. Lo dijo Dickens. La lealtad no tiene precio? No, para mí no.. Intentaron comprar su lealtad con dinero alguna vez, con dinero no, no, con buenas, con buena salida, sí.

No sé. No sé lo que serían esas buenas salidas. Igual sin igual, yo que sé. Pues te ponen de director de Iberdrola. Pero vamos, que es una broma que no tengo ni idea.

Sueño de vez en cuando con todo lo que le ocurrió. Me es imposible no hacerlo. Cuándo fue la última vez? No lo sé. Quizás esta noche, porque no estoy acostumbrado a las entrevistas. Si se fija en los 30 años que estuve en el País Vasco, no sé si llegué a conceder alguna. Creo que no, no? Y luego, ya como provincial de Huesca, sí concedió una a la televisión Aragón y ninguna más.

Y ya por último, ha recibido alguna llamada incómoda durante estos días? En un par de ellas. A qué dedica su tiempo ahora?

Pues habrá de momento, pues, estar con mi familia. Ah, bueno. Además, en la situación en la que estamos atravesando con el bicho este. Pues procuro hacerlo. Pues eso sería la compra. Bueno, y sobre todo estar con mi perrita.

Es Enrique Pàmies, autor de este libro Cómo luché contra ETA, escrito con Pablo Muñoz y el policía Antonio Oxalá. Don Enrique, le agradezco mucho su atención atendiendo a esta mañana.