Yo me fui de mi país porque quería estudiar y me mandaron a Almería con una asociación. Y esa asociación entendía que todas las personas inmigrantes que llegamos tenemos sí o sí que acabar o en trabajos domésticos, o en trabajos de cuidados, o en el campo. Ojo, no tengo nada en contra de esos sectores de trabajo que son sectores con mucha dignidad, pero no puede ser que haya un solo itinerario para todas las personas que llegan. Y dije, Mira, yo quiero estudiar y tal. El director se rió en mi cara y me dijo ¿Pero a quién has visto de los que vienen como tú y que hayas estudiado? Lo que tienes que hacer es ir a buscarte la vida en el campo. Entonces, me fui de ese sitio y llegué a Córdoba y retomé mis estudios. Yo recuerdo haber dado una entrevista a un medio de comunicación. ¿Sabes qué pusieron? De la patera a la universidad.

Claro, que vende la historia del inmigrante que llega aquí y se convierte en un genio.

Claro, esto demuestra realmente lo que quiere la sociedad. Un buen inmigrante es el aquel que duerme debajo de un puente.