Espacio en blanco - Colombia misteriosa - 30/08/20
Espacio en blanco- 1,109 views
- 30 Aug 2020
En compañía de la periodista Mado Martínez, nos sumergimos en algunos de los lugares más enigmáticos de una Colombia desconocida.
Pedro Algorta, uno de los supervivientes del accidente del avión en los Andes, comparte sus enseñanzas de aquella terrorífica experiencia.
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Gracias por escuchar los podcast de Radio Nacional. Acceda a todos los programas en RTVE. Punto. Es para la Cardan. Espacio en blanco. En Radio Nacional de España, con Miguel Blanco. Volvemos después de las noticias de las tres. Las dos en las Islas Canarias. De nuevo el tiempo del espacio en blanco. Una hora tenemos todavía por delante y dos destinos esperando Los Andes y Colombia.
Saludos a todos los que seguís conectados en Radio 1 Honrada y en Radio 5 o descargando el podcast en cualquier parte del mundo. Un placer sentiros unidos a nosotros aquí en las ondas de Radio Nacional. Para continuar nos espera una compañera. Conoce muy bien Colombia y hasta allí nos lleva a conocer algunos de sus secretos. Ya veréis qué curiosos.
Esta noche nos esperan historias sorprendentes. De fantasmas, de apariciones, de misterios que aterrorizan a las personas. Para ello viajaremos hasta el otro extremo del mundo. Nuestra primera invitada nos llevará hasta allí para narrarnos en primera persona algunas de sus inquietantes experiencias. Y habrá más. Prepárate para asombrarte. Eres nuestro invitado especial. No lo has llamado? Buenas noches. Cómo estás? Muy bien, encantado de estar aquí y hacer que uno se pone nerviosa. Déjame que te presente, eh?
Por qué haces? Bueno, he viajado un montón. Has vivido en Inglaterra y en 2014 te alzaste con el prestigioso premio de Novela. Ha tenido Joven de Sevilla con la novela, la que yo la tengo y la mayoría todavía es directora de la editorial de la revista Spectrum Magazine y luego licenciada en Filología Hispánica, doctora en Lengua y Literatura, Doctorado en Lengua y Literatura Española, Teoría de la literatura, literatura comparada, lingüística general. Como ha sido este tiempo ahora tu doctorado en lenguas culturas.
No lo digas, que tengo dos hijos. Me las. No tienes que buscar tanto.
Pues no tengo mucho, la verdad. Duermo poco. Sí, vale. Te gusta el misterio?
Me encanta lo que me pasa. Es muy humano. Es que quiero saber qué es que hay al otro lado de la puerta. Cuando te refieres puerta al otro lado de esta vida, quiero saber lo que hay un poco al otro lado de la puerta.
Qué hay más allá? Por qué estamos aquí? Quiénes somos? La clase de cosas.
No vamos a estar aquí a disfrutar de algunos de los casos que ha investigado nuestro invitado amado. Nos vamos tras esa introducción. Preparados? Esta historia les pondrá los pelos de punta, por lo menos a más de uno. En Siberia, una población cercana a Bogotá, un equipo de noticias Caracol que grababa en la zona, captó varios sonidos extraños y cánticos religiosos, al parecer que algunas personas atribuyen a seres del más allá. Es un efecto natural o se trata de un fenómeno paranormal?
Buscamos las respuestas.
El sonido correspondería a un grupo de niños cantándole a la Virgen María por el abandono, el sitio en inmediaciones a La Calera. Parece hoy el típico pueblo fantasma de una película de terror, por lo que muchos llegan de noche buscando adrenalina y diversión. Aquí funcionó una fábrica de cemento con cable aéreo para transportar la piedra. Tres hornos, iglesia, escuela y casas para los trabajadores. En 1999 se cerró la planta, quedando sólo un cadáver de concreto y hoy se hacen operativos no para espantar fantasmas del más allá, sino para espantar a curiosos del más acá.
Éste es el sonido real de un coro de niños interpretando un canto mariano.
Y esto fue lo que captó nuestro camarógrafo. Dijo. Coros de niños es otra de las historias que esta noche nos relata nuestra invitada. Esto lo sacamos mientras estábamos documentando acerca de tu trabajo. He sacado las noticias también como de niños escuchábamos el coro normal y luego lo que habían captado serían voces, psicofonías o algo así. De esa manifestación de los niños hacen experiencias donde los niños se manifiestan?
Sí, de hecho en Colombia es muy común que los fantasmas sean niños. Sí, sí, porque culturalmente cada cada sociedad o cada cultura tiene unos sistemas de creencias que tienden a dar una serie de explicaciones de acuerdo a su sistema de creencias propiamente dichos. Y lo que aquí a lo mejor un gallego diría que es la Santa Compaña, pues allí son brujas. Y lo que aquí es un fantasma de un hombre, ahí es un niño.
O sea, ahí son las brujas y los niños. Si se le achacan muchísimos e a muchísimos fenómenos paranormales que se dan lugar allí o inexplicables, se les da la explicación de que ha sido una cosa de brujas. O a esa persona le han hecho brujería o a esa casa le han hecho una brujería. Y en muchos de los lugares encantados que que he visitado allí o que tienen una historia de apariciones y tal, las presencias son niños.
Es muy curioso, pues cuando ve alguno creo que era un cerro o cerro de Cerro del Oro.
Si esa no está en el libro, pero es una historia muy bonita.
En el Cerro del Oro hay una historia que está situada en Manizales y donde está organizada es por donde no se mucho de Colombia.
Pues ahora mismo en el mapa de Colombia que supe grande, no sabría decirte, pero no está muy lejos de Medellín.
Desde Medellín llegarías fácil. Yo iría a Medellín para ir a Madrid allí antes.
Entonces la historia de los niños dulces es muy curiosa porque bueno, cuentan que allí había un típico orfanato, se incendió, murieron unos niños. Vendría a ser como el camping de los Alphabet, pero trasladado a A. a Colombia. Entonces cuentan que si tú subes allí a una determinada hora de las once de la noche con tu coche, llegas subiendo por el cerro Paras en el kilómetro 5, exacto, tal a las once y tal, y espolvorea las las ventanillas de los cristales del coche con polvos, harina, harina.
Ves lo que usan normalmente y sacas unos caramelitos y los llamas. Los niños dulces vienen niños dulces. Se llama. Se llaman niños dulces. Los niños dulces no solamente vienen y hay gente que asegura que los ha visto porque es que esto es que a la gente lo asegura. Que lo haya visto ya trasciende lo que es la leyenda urbana en sí. Dejan además huella de su presencia, de su visita en esos cristales porque te los tocan, por eso ponen la harina para llevarse ese trofeo de los niños dulces.
Y tengo testigos de personas que los han visto y conozco a investigadores que siguen muy de cerca este fenómeno y acuden religiosamente a ver si tienen encuentros con ellos y si los ven o no los ven. Y es una historia bellísima. A mí me parece súper romántica.
Mira qué historia! Qué música tan bonita Podemos, eh? Su posaban Cerro de Oro, Cementerio Central. Qué pasó en el Cementerio Central?
Cementerio Central de Bogotá es un sitio peculiar y si alguien viaja a Colombia de vacaciones y se va a Bogotá, por favor que vaya al Cementerio Central de Bogotá. Y por favor, que vaya un lunes, un lunes, un lunes. Por qué? Porque los lunes es el día de las almas. Sí, y los lunes acuden en Rosario, casi en peregrinación. Muchísimos bogotanos al Cementerio Central de Medellín a poner unas plaquitas, realizar una serie de rituales de pedido a determinados tumbas y mausoleos.
Y cada uno tiene una especialidad. Por ejemplo, el Mausoleo de las Niñas Beim, que tiene unas esculturas de las dos niñas gemelas y tal. Es muy visitado por madres, porque van a pedirle por sus hijos para que las proteja de las enfermedades, los cuide, les dan dulces, caramelitos, bombones, se los pegan ahí con la mano. Y luego hay una serie de de rituales encantadores. Pero me llama mucho la atención. Pues que hay unos que son los que visitan las prostitutas o los travestis, o todos los ladrones.
O sea, los ladrones van a pedir para que me vaya bien el negocio de ladrón y a veces de algunas cosas que son muy curiosas y las notas que le dejan escritas, lo que le dicen es que de verdad es que es una cosa de una riqueza antropológica inconmensurable. Y al margen de eso, la triste cara siempre del ser humano, pues siempre hay un rastro, una huella de gente que hace otros rituales más macabros, pero con unos frascos donde meten, sabes?
Elementos vitales de una persona para. Para. Para hacer rituales de magia negra no propiamente dichos y de cómo eso está totalmente a la orden del día. Que no es la primera vez que lo veo hace poco en Perú, en el niño compadrito. Bueno, ahí van a poner velas negras. O sea, o en Panamá el Cristo negro no? A pedí que salga mi hijo de la cárcel, que le vaya bien, que robe, que pague, que maten a este porque se porta muy mal.
Cálmate, cálmate. O sea, hay gente que va a eso.
Vamos, otro pasito más. Si queremos contaros otra historia más de estos misterios. Estás a gusto, Moro. Sí, súper yo.
Viajemos ahora hasta un hotel que lleva el sobrenombre del Hotel de los Suicidas. El Hotel del Salto del Tequendama, en Colombia, fue inaugurado en 1927 y cerrado en 1990. Actualmente está en ruinas, salvo una parte restaurada y dedicada a museo. Muchos todavía creen que está habitado por fantasmas y almas en pena, por lo que no permanecen en el lugar por mucho tiempo. Situado a 30 kilómetros al suroeste de BogotÃ. El Hotel del Salto de Tequendama fue inicialmente la estación terminal del Ferrocarril del Sur, con gran movimiento de visitantes que llegaban al lugar para ver el espectacular paisaje natural que los rodeaba, rematado por el gran salto de 157 metros de altura.
Este tránsito incesante motivó que en el año 1923 se iniciarán las obras de ampliación y remodelación para transformarlo en el Hotel Refugio del Salto. Uno de los más lujosos de su época, que administrado por una firma alemana, fue finalmente inaugurado en 1927.
De estilo neoclásico veneciano, contaba con 1480 metros cuadrados cubiertos. Construido sobre el acantilado y distribuidos en cinco niveles, con dos subsuelos de servicios, dos plantas dedicadas al gran salón de ingreso. El bar restaurante, las 15 habitaciones y una torre mirador. Todo con espectaculares vistas al Gran Cañón del Tequendama. Pero qué ocurría en este extraño lugar? Dejemos que nos lo cuente nuestra invitada. Si te gusta el misterio, lo desconocido, tienes una cita con nosotros de 2 a 4 de la madrugada, del sábado o el domingo.
Espacio en blanco con Miguel Blanco en Radio Nacional.
Les gustó la información que tenemos de este hotel de los suicidas? Si, el hotel tristemente llamado de los suicidas si porque abandonado o bueno, ahora se dedica a otra cosa.
No sé si, pero aquí le voy a pedir a los oyentes un favor. Les voy a pedir a los oyentes que se imaginen por un momento, porque es que vamos, es indescriptible. Hay que estar allí. Yo, yo, yo voy a tratar de darles una imagen en la retina. La radio es lo mejor para hacer.
Imaginen un lugar al que tú llegas bordeando un libro, un río a más de 2600 metros de altura.
Un río caudaloso, grande, sí, muy grande, donde desemboca el salto de Tequendama, 157 metros de caída de cascada que va a desembocar a lo que se llama el lago de los muertos y donde las nubes van bordeando casi a tu paso. Esas nieblas, esas nubes, ese vaho no se va de la tristeza porque es que se respira.
Y donde hay un hotel con un estilo arquitectónico impresionante, asombroso, que si de verdad pueden buscar una foto en internet, tienen que verlo. Ese hotel da directamente a ese salto, a esa cascada de agua de 156 157 metros que está desahogando ahí, que cae con una fuerza y una fortaleza impresionante. Y tú lo sientes cuando estás ahí, lo sientes en cada poro, sientes cada brizna de agua en tu piel y ese sonido todo. O sea, el lugar de por sí ya es mágico, pero también tiene una historia muy triste detrás.
Y es que en los años 50 se convirtió en el lugar favorito de los suicidas. Por qué? Por qué? Porque cuando uno se arrojaba por esa cascada, desaparecía para siempre.
Sabían que no podían recuperar su cuerpo. Y eso para los suicidas es muy importante. Sí, sí. Por qué? Porque cuando el suicida sabe que va a dar que hacer, cambia de método.
De hecho, con el paso de los años, cuando se empezaron a poder rescatarse los cuerpos por primera vez, que fueron el cuerpo de taxistas rojos los primeros que lo intentaron para recuperar el cadáver de uno de sus compañeros, un taxista, sí, del grupo de autobuses, de flotas, de autobuses que los llamaban los taxistas rojos. Se pasaron nueve días intentando sacar a su compañero de uno de ellos. Además, en las labores de rescate intentó suicidarse varias veces porque por lo visto había acordado con su amigo que se iban a suicidar los dos el mismo día y sólo uno lo hizo.
Y qué hicieron? Buscaron o encontraron tras nueve días de perder la ropa, imagínate la fuerza de las aguas, de todo allí y de calamidades. No lograron rescatar y a partir de esa fecha ya, pues fue más fácil sacar los cuerpos. Ya los suicidas ya no tenían tanta predilección por ese lugar porque sabían que los iban a rescatar. Y eso es importante para un suicida, que no rescaten su cuerpo desaparecer para siempre. Allí se llegaban a suicidar de la orden de una persona al día o días y él, una persona, venían de todo Colombia.
Sí.
Si una persona al día la cosa fue tan grave, tan, tan grave, que tuvieron que poner a un guardia de seguridad para espantar a los suicidas, para que no susci duda a la gente, ahí era fácil llegar hasta el borde del salto y tirarse de ahí.
Sí, es fácil. De hecho, yo caminé hasta allí no sin cierto pavor, porque la verdad es que, o sea, es que eso da vértigo, sabes?
Ahí hay unas, hay unas piedras allí que bajas un escalón. Y es que es una mala brizna y ya no existes. Y la cuestión es que ese, ese guardia estuvo muchos años allí intentando evitar que la gente se suicidara. Y entonces la gente aprendió que tenían que ir a partir de las 5 de la tarde, que era cuando el guardia se iba a su casa. Me digo fíjate el empeño que una persona que definitivamente se harta de la vida puede llegar a tener para lograr su propósito.
La cosa era tan macabra que incluso había gente que iba con sus cámaras fotográficas para intentar captar al suicida cuando se tiraba. Y de hecho también hubo gente que antes de suicidarse se hizo foto y la dejó para la posteridad con una notita. Supongo que la gente que vivía allí vería luego muchos aparecidos. Creo que la historia continúa de esa manera.
No exactamente. La gente que vivía allí acabó viendo muchos aparecidos y algunos incluso decían que durante la época en la que el hotel estuvo funcionando como tal, ya pasaban cosas raras. Algunos de los huéspedes amanecían con moratones, arañazos, una serie de historias.
El lugar cayó en decadencia. Con el tiempo. Por.
Por la contaminación de las aguas que hubo durante muchos años. Dejó de ser ese lugar atractivo en el que uno iba solazarse la flor y nata de la élite colombiana. Y Valli a ese hotel. La vista es impresionante y pues en la actualidad sigue habiendo esa suerte de convivencia con esas entidades que se supone que vagan errantes por allí y que han sido víctimas de ese arrebato de suicidio, de acabar con su propia vida. No he recogido testimonios de personas que se han llegado a encontrar con con estas entidades, incluso a verlas físicamente, haber puramente apariciones fantasmales.
Me acuerdo que uno de los últimos que entrevisté me dijo como una monja había tocado a la puerta de su casa, se le había presentado. Él la había seguido. De repente se desvaneció. Vamos casi con el último caso que nos vas a contar. Cartagena de Indias, Museo el Museo Naval del Caribe. Qué pasa ahí?
Bueno, pues el Museo Naval del Caribe es un lugar que yo también recomiendo a todo el mundo que vaya a partir de que vayan a Cartagena de Indias, que es la ciudad amurallada. Bueno, es un lugar encantador y muy romántico. El Museo Naval del Caribe tiene una historia peculiar porque en el pasado funcionó como como hospital en los trágicos tiempos del cólera, una epidemia que que mató a muchísima gente y que asoló a la ciudad. Quien haya leído a Gabriel García Márquez se puede hacer una idea de cómo fue y que entre sus paredes vio morir a mucha gente y moría tanta, tanta, tanta gente que al final que hacían?
Pues que los enterraban donde podían. Ahí mismo escarbaba Ental. Y bueno, pues es lo que hay en el Museo Naval del Caribe, que cuando se hacen obras de reparación o lo que sea, te acabas encontrando algún regalito de osamentas.
Y la cuestión es que se aparecen dos o tres entidades, sobretodo en la zona de lo que era antes también el antiguo claustro del hospital Klout documento.
Entonces, uno de los fenómenos que a mí más me llamó la atención es que hay un timón allí, en una de las salas de exposición, un timón, un timón de un barco.
Un timón que quien haya jugado a la Play Station a lanzarte tres lo conocerá porque sale al principio del juego el timón, que hay que moverlo y tal, pues así es como se mueve solo. Pero es que nos ultimó fácil de mover. Vamos a ver, mueve solo. Sí, pero es que no es un timón que digas mira, esto lo haces así, se mueve.
No es que hacer eso, o sea, hay que hacer fuerza para para moverlo. Y ese timón hizo que todos los trabajadores salieran una noche totalmente espantados, corriendo del lugar ahí como en estampida. Y no volvieron a entrar hasta que vino uno de los de los altos cargos de la Marina Museo Naval del Mar del Caribe y el alto cargo se quedó así como que le contaron la historia y no quería entrar y al final mandó a otro a que entrara muy a su pesar.
El otro entró con la pistola y les dijo Ya no se mueve nada, podéis entrar. Pero sin duda alguna, lo más grave que pasa allí es que hay una entidad que te empuja por las escaleras y te empuja a mala fe y siempre en el mismo escalón. Y tan mosca estaba ya el director del museo que decidió poner una cámara, grabar y ver qué es lo que pasaba allí y que es que se caían hasta seis personas al día y todas aseguraban que las habían empujado todas, todas, absolutamente todas.
Y él había puesto esa cámara porque una de las personas que se había caído era una madre con su bebé. Presos duro de ver, no? Y era curioso porque. Porque yo creo que una persona sabe cuando ha tropezado y cuando te han empujado. Vamos, yo lo sabría si siento que me han empujado la que vamos a hacer.
Como esa figura no se veía la gente cayendo, no se veía nada, pero todos afirmaban que les habían empujado, les habían tocado y les habían tirado con curioso.
Esta musiquita nos dice que tenemos casi que marcharnos. Espero hayas disfrutado estar con nosotros. Muchísimas, siempre placer. Cuándo vuelves? Cuando quieras. Cuando queráis. Vale. Hay una segunda parte de las cosas seguir haciendo. Sí, sí. Si se puede decir algo de tu siguiente libro, de sus trabajos. Que estás haciendo? Bueno, si quieres. Te interesa la vida después de la vida? Muchísimo. Has tenido algún tipo de experiencia particularmente? No, no, no, pero te interesa lo que otras?
Tienes alguna respuesta?
Alguna que otra? La revelaré aquí en el primer sitio. Vale.
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Martínez Sí, y mi página web Manowar tiene. E.com: Ahí están todas mis redes sociales. Que me escriban que me encanta hablar con la gente y que me cuenten cosas y escuchar.
Vale, ha sido un placer. Espero poder verte por aquí muy bien y te deseo lo mejor y te felicito por volver, la verdad. Gracias.
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Espacio en blanco en Radio Nacional con Miguel Blanco. Seguimos viaje. El siguiente destino cercano a Colombia, la cordillera de los Andes. Allí se vivió un accidente que conmocionó a todo el mundo.
Con nosotros tenemos a uno de sus protagonistas que años después del suceso nos recuerda cómo sucedió y las lecciones aprendidas con esa historia increíble. Os dejamos. Esta noche queremos rememorar una historia trágica que acabó siendo un milagro de supervivencia. Se la conoce como la tragedia o el milagro de los Andes. El accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, conocido popularmente como El milagro de los Andes, ocurrió el viernes 13 de octubre de 1972, cuando el avión militar, con 40 pasajeros y cinco tripulantes que conducía el equipo de rugby Old Christians, formado por alumnos del Colegio Uruguayo Estela Maris, se estrelló.
Fue en un risco de la Cordillera de los Andes, en Mendoza, Argentina, a 3500 metros en ruta hacia Santiago de Chile.
A tres mil quinientos metros de altitud y 15 grados bajo cero. Dieciséis hombres y apiñaban contra la estructura del pequeño bimotor Fokker uruguayo estrellado en los Andes en un intento de darse calor. El avión transportaba al equipo uruguayo de rugby del OUL cristianos a Santiago de Chile, donde debía enfrentarse con los Soule Boys, pero el 13 de octubre de 1972 se estrellaba en la Cordillera de los Andes. Murieron 29 de sus pasajeros. En ese momento comenzó una lucha por la supervivencia que se prolongó durante 72 largos días de temperaturas bajo cero.
Hambre y desesperación. Hasta que fueron rescatados en helicóptero, después de que dos de ellos, Nando Parrado y Roberto Canessa, caminaran durante diez días hasta un poblado chileno y lograran dar el aviso. A la alegría del encuentro le siguió una agria polémica. Cómo habían logrado sobrevivir tantos días en la nieve y sin apenas víveres? Esta noche tenemos con nosotros a uno de los supervivientes y queremos conocer en su propia voz parte de los hechos ocurridos. Nos vamos, como decíamos, a Los Andes, hablar de supervivencia, de vida.
Pedro Algorta nos acompaña manos, espero de nuevo. Buenas noches. El autor de ese libro que hemos dicho las montañas siguen ahí. Eh? Te preguntaba cómo era tu vida antes de que cogieras ese vuelo.
Era un muchacho normal. Tenía 21 años y entre Uruguay y Argentina anteriormente había estado en Chile. Tenía una novia en Chile. Estaba buscando algún lugar. De alguna manera, un lugar en el mundo es lo que era. Yo a los 21 años era estudiante.
Si estudias económicas y bueno, era un chaval como cualquier otro. Ya.
Y tú habías pertenecido a ese equipo de rugby o el equipo de rugby era el equipo de hockey del colegio? Sí, yo había ido a ese colegio secundario. Empecé a amar.
Hice un año en el que era malísimo, pero había salido del colegio. Tras la universidad y había dejado de jugar al rugby a.
Y de repente tienes la oportunidad de coger el 550. Eso es bueno. Mis amigos van a jugar a Chile, necesitan llenar el avión. Tienen un avión chasqueado. Entonces me invitan y bueno, yo así era una linda oportunidad de volver a Chile. Yo siempre quise volver de alguna manera y bueno, ya fui yo.
Y volviste porque tenías una novia allá en Chile?
No, gracias. Tenía a mi novia que la había dejado y quería ir a verla a ver qué era novia? Esa época. Ah, no había. Era juventud.
Ya te montas en el avión? Cómo transcurren los primeros minutos? El primer tiempo del vuelo? Supongo que bromeando entre vosotros. Gente joven, no?
Si, un vuelo normal. Pero esa noche, ese día no pudimos cruzar la cordillera porque había mal tiempo. Entonces el avión aterrizó en Mendoza y de este lado de la cordillera y pasamos una noche allí.
Así usamos el avión. Pero antes de vuestro destino somos ahí.
Si será avión. Paró en Mendoza? No cruzó? No, no fue directo. Y recién al día siguiente de cerca ya no, los pilotos decidieron que se deberían cruzar los Alpes. Ya. Y cuándo?
Cuando os deis cuenta de que la cosa no va muy bien.
Mira, apenas empezó el vuelo. El vuelo era muy malo, pero la verdad que a los 21 años, imagina, tengo también un accidente, esa característica. Así que poco a poco se fue complicando cada vez más. Hasta que en algún momento realmente estábamos muy asustados y nos dimos cuenta que estábamos en problemas. Pero como siempre, hasta el final. No puedes creer de que te va a pasar eso ya.
Y cuando te das cuenta de que aquello se va para abajo, que cómo te sientes, qué ocurre?
En realidad no se va para abajo. Lo que pasa es que Dios le empieza a volar. Los pilotos, se pierde el avión y empieza a volar entre las montañas hasta que finalmente la punta del ala toca la ladera de la montaña y ahí se desestabiliza. Y bueno, ahí aterrizamos y pansa sobre un glaciar, realizáramos hacia abajo. Quedamos en el medio de un valle.
Y ahí os quedasteis ya. Y nos quedamos. Ahí nos quedamos. Imagínate un gran silencio, todo blanco o todo oscuro y apenas el ruido de algunas cosas que habían quedado sueltas al caerse. Y unos quejidos, algunos gritos. Esos son los recuerdos que yo tengo. Recuerdos mezclados, recuerdos ahora ya difusos. No sé si ya pasó el tiempo. Recuerdo que vi que son incompletos. No puedo recordar todo. Hay muchas partes del accidente que quiero. No puedo reconstruir.
No, no. No sé en qué asiento estaba. Por ejemplo, nunca pude reconstruir parte. Cuando se dio cuenta de que la cosa ha sido trágica, cuando se dio cuenta de que hay muertos algunos compañeros vuestros. Cuando tomas conciencia de ello.
Pero mira, el shock es tan fuerte, el golpe es tan fuerte que eso demora un tiempo. Demora un tiempo hasta que te das cuenta de que te has accidentado en los Andes y no los puedes quedar. Pero también lo que pasa es que no te hace preguntas. De golpe apareces ahí, rodeado de cadáveres en el medio de la cordillera. Todo blanco, todo destrozado. Y tú ahí, vivo entero. Y te toca. Te das cuenta de que no tienes huesos quebrados, que no sangra.
Bueno, y ahí te levantas y caminas hacia atrás y te parece como si hubiese estado ahí siempre. No entiendes. No entiendes qué fue lo que pasó. Uno es incapaz de darse una explicación. Es la sorpresa. Es lo más fuerte de todo. No puedes creer lo que ha pasado ya.
45 pasajeros iban, trece murieron a causa del impacto y al final solamente 16 sobrevivirían a esos 72 días que estuvieses ahí.
Así es. Hubo un momento del impacto. Murieron 18 clavos, 27 personas vivas. Después tuvimos un alud, una avalancha por una tonelada de nieve que nos cayeron encima. Ahí murieron ocho más y después murieron tres por distintas heridas recibidas y desnutrición que tuvimos.
Ya te preguntaste en algún momento que porque tú sí te había salvado y no los demás?
No tengo respuesta. Me lo he preguntado muchas veces, pero no lo sé ya. Cuéntame un poco. Sí, bueno, sí y no. Y no me puedo explicar por qué yo sí y otros no. Creo que no hay. No hay explicaciones para esas preguntas. Tú eres un poco más.
Según cuenta, estaban aquí el libro más retraído, tímido, eh? Tuviste que sacar fuerzas y ponerle pelotas al asunto, no?
Sí, yo tuve que ponerle pelotas al asunto. No sé si soy más tímido, más retraído. Hay algunos que tienen también una vida personal importante, tranquila. Yo tuve que poner la pelota porque yo no era del grupo, yo era medio marginal, yo no era el más fuerte, pero bueno, tenía ganas de vivir, tenía ganas, tenía, era joven, está en buen estado físico, tenía ganas. Así que, eh, yo hice todo lo que había que hacer para sobrevivir.
Cómo era la vida? Había camaradería o allí cada uno como Leo Akiba, su historia y si aparecía un paquete de galletas se lo comía y lo guardaba mil 70 en 70 días tienes de todo.
Había situaciones de gran camaradería y generosidad, que también había momentos de tensión, había momentos de conflicto, había disputa. Queríamos de alguna manera ocupar distintos lugares dentro del grupo. En fin, como todo grupo que se encuentra en una situación tan extrema tiene que generar situaciones e higueras. Así, si sigues en ese sentido, nosotros no somos una excepción.
Ya, pero parece ser que no era todo tan bonito, no? Porque aquí algunos, algunos son los enfermos y heridos. Ofrecían trueques a los que andábamos por allí, cigarrillos por comida, si no había allá también ese tipo de cosas.
Sí, bueno, pero eso era el día a día ya. Es decir, lo que te estoy diciendo es justamente que la tensión y el conflicto generaban todo ese tipo de situaciones. Pero gracias a Dios, pese a las peleas que tuvimos y todo, al final del día nos reconciliamos. Siempre tuvimos esa capacidad y que al final del día nos fuimos a dormir en paz.
De quién fue la idea de quedarse en el avión? La mayor parte del tiempo pensaba qué bueno escuchaba en la radio, creo que tenía emisoras en radios y escuchaba emisoras de Argentina o de donde escuchaba en las emisoras.
No escuchábamos de dónde podíamos y escuchábamos emisoras de todos lados. Imitaba La Voz de las Américas, escuchábamos la radio española, escuchábamos a ustedes, escuchaba con todo tipo de radio y hablaban de vosotros.
Claro, se hablaba de vosotros. Sí, sí, la gente hablaba del avión que se oía desaparecido y punto. No mucho más. Y después se escuchaban noticias. No sabíamos lo que estaba pasando en el mundo. Sí, la época de la guerra de Vietnam, había terremotos en Nicaragua, había problemas en Chile y abastecimiento con ese tipo de cosas. Estábamos al tanto de la seguíamos como noticias lejana, sin realmente darle mucha atención. Un rato no, porque tampoco queríamos terminar de agotar las baterías de la pequeña radio que teníamos ya vuestro campamento se centró alrededor del avión o incluso dentro del Fuser avión.
El avión era nuestro fusilada ji era nuestra caja. El avión estaba cubierto de nieve. Eso nos permitía que dentro del avión hiciera tanto frío. Mira, se había producido como el efecto de un iglú estaba lleno de nieve, con lo cual adentro, si bien es cierto que estaba húmedo, no hacía frío.
Espacio en blanco en Radio Nacional con Miguel Blanco y esa noche con Pedro Algorta yendo a recuperar un poco la memoria, esa experiencia ocurrida en los Andes. Eh, Pedro, cómo? Espera un momento que recuerdas.
Y este momento fue un alud que tuvimos, un alud del cual se nos cayeron toneladas de nieve encima. Y era el. Llega y tapó el avión y entró dentro del avión por la parte de atrás que estaba abierta hacia la montaña. Yo recuerdo que estaba durmiendo en el piso y de golpe me tapó totalmente la nieve. Y bueno. Y ahí estuve a punto de morir. Pero gracias a Dios, cuando ya me estaba yendo, uno de mis compañeros pudo rescatarme de abajo de la nieve.
Ese fue claramente el momento más límite que yo recuerdo que habíamos pasado.
He venido aquí para no malgastar energías. Algorta evitaba el más mínimo movimiento. Decías Vivía bajito, acurrucado en un rincón hecho un ovillo, escuchando mi respiración y contando los latidos de mi corazón. Creía que la mejor forma de pasar inadvertido a la muerte era confundirme con el paisaje.
Sentía esa muerte cerca de la muerte. Siempre estaba ahí, a la vuelta. Podría pasar en cualquier momento. Sé lo que digo. Es que he pasado horas de alguna manera con mis sintiendo mis manifestaciones vital y vitales más básicas. Yo he pasado horas sintiendo el pulso, mirando mis costillas moverse, respirar muy en contacto conmigo mismo. Esa era la mejor manera de mantener la vida. No décadas tan poca energía y concentrarse en lo más básico, en lo más vital.
Lo que también metisteis. Bueno, hubo un momento que pasó un avión por encima. Pensabais que nos habían localizado? Es como si toda la comida o la resonancia que había en el avión.
Si vimos, pensamos que nos habían localizado, creímos que este era eso. Y bueno, entonces arrasamos con todas las provisiones que teníamos. Total, al día siguiente yo a rescatado.
Y qué pasó cuando al día siguiente no llegaba el rescate? Bueno, al día siguiente escuchamos en la radio que el avión no, no, no solamente no nos había visto, sino que habían decidido cancelar la búsqueda. Ahí nos dimos cuenta de que nadie iba a venir con nosotros y que teníamos que hacernos cargo nosotros mismos de lo que estaba pasando.
Supongo que sería un golpe muy duro, no? Como dices, que supongo que sería un golpe muy duro ese si no teníamos capacidad para recibir golpes.
Demasiado duro. Fue una mala noticia, mala. Ya es hora de que se me estaban muriendo todos mis amigos, que teníamos frío o que teníamos hambre. El hecho de que no venían a buscar fue un dato más, ni un dato que confirmaba que no íbamos a poder esperar demasiado.
Los de afuera intentábamos comer trozos de asiento, el cuero de las maletas, los zapatos. No ocurría. Así comienzo. Lo queríais?
Comíamos lo que tratábamos de comer. Pero eso no lo podíamos comer. No era digerible. Con lo cual lo desechamos.
Pero cuando surge la idea, hay que preguntártelo. Yo creo que eres de los pocos que hablas abiertamente de esto cuando surge la idea de comeros a vuestros compañeros.
Bueno, surge justamente esta idea surge de nuestra necesidad de alimento, de nuestro instinto de supervivencia, de nuestro, de nuestro deseo de estar vivos. Ya dimos cuenta de que lo único que teníamos para comer era el alimento de nuestros compañeros muertos.
Había animales por allí? Ningún tipo de animal. Nada, nada. No a 4000 metros de altura ni nada. Ya solamente nieve, hielo y roca.
Y creo que fuiste tú con otros dos compañeros, el primero en dirigirse al frente del avión.
Si fue que fuimos con otros dos compañeros y bueno, y ahí tuvimos que empezar a alimentarnos del cuerpo de nuestros compañeros. Y lo hicimos al principio con mucha impresión, pero después no nos producía ninguna sensación extraña, ni mucho menos, sino que era nuestra conexión con la vida, era nuestra. Nuestro contacto, nuestro cordón umbilical, era lo que nos mantenía con vida. Cómo cortaba?
Y los trozos de carne con un trozo de vidrio como Beaky con vidriosa y alguna navaja.
Por ahí hacíamos lo que podíamos y la cocinaba y se lo comía cruda.
No, al principio lo cocinamos, después comimos crudo.
Ya digo aquí que no era canibalismo, era otra cosa. Eso es antropofagia, ya es antropofagia. Y sabes que el ser humano lo ha hecho miles de oportunidades aquí mismo en España y la guerra civil ha sucedido enorme cantidad de veces y lo va a seguir haciendo el ser humano todas las veces que sea necesario. Donde no haya nada más que comer va a recurrir antropofagia. Te preguntaban que qué sabía la carne humana humana? Qué sabe? Mira qué sé yo.
Savia, vida, vida. Se me ocurre otra otra explicación. Pero si hay otra explicación. Imagina que te cortas el dedo o te sale sangre. Te chupan la sangre. Eso es la vida. Sabe a ti mismo.
Cómo fue la reacción de los compañeros cuando tuviste que tomar esa decisión? Los compañeros en el avión? Sí. Sí. Bueno, todos comimos. Alguno le costó un poquito más. Pero todos querían vivir. Todos comieron. No había otra cosa. Así que fue algo que poco a poco nos fuimos haciendo aquí.
Lo que como católico eres católico, no? Sí, recurrirse un poco la religión para quitarse el tabú de comer.
Bueno, esas son cosas que dijimos y que eran necesarias en su momento. Ya yo estoy convencido de que nadie se convenció por lo que dijimos, sino que nos convencimos porque era lo único que podíamos hacer para seguir vivos.
Ya crees en la vida después de la vida? Sí, claro.
Si crees en aquellos cuerpos no estaban tus compañeros, verdad? No, ya no estaban allí.
Ya casi estaba allí. Sí, ya eran. Eran cuerpos. Eran. No, no eran mis amigos. Habían sido mis amigos. Ya no eran más.
Ya casi para terminar. Pero cuando surgiera la idea de que alguien vaya a buscar ayuda y el resto os quedáis ahí.
Mira, cuando nos damos cuenta después de la luz de que si nos quedábamos ahí íbamos a morir. Porque en cualquier momento podría haber otra avalancha de nieve. Ahí empezamos a trabajar fuertemente para enviar una expedición que nos sacara de la montaña. Y ahí fue cuando elegimos a nuestros caminantes, que eran aquellos que estaban mejor preparados física y anímicamente. Bueno, y ellos empezaban a caminar. El grupo trabajó para ellos hasta que finalmente ellos pudieran salir de la cordillera y enviar ayuda para que nos rescaten.
Tardaron más días después. Cuantos días? 70 días después, ellos caminaron diez días por la montaña. Cruzaron prácticamente todas las montañas por la cordillera de los Andes.
Y ellos regresaron con la ayuda.
Si uno de ellos, Fernando Parrado, subido a uno de los seis otros, dirigió el camino deshaciendo el camino que le había hecho hasta que finalmente logró encontrarnos. Y 14 Nosotros estábamos esperándolos ya.
22 de diciembre, casi en Navidad.
Así es la víspera de Navidad del año 72. Ya, pero casi.
Para terminar, qué supuso? Qué? Qué aprendiste de esa esa terrible experiencia?
Mira, a mí me cuesta decir qué aprendió que no aprendí porque yo no sé qué hubiese sido yo si no me caí en la sangre. Obviamente tengo la experiencia y la montaña a cuestas. Yo creo que lo más importante que he aprendido es la enorme capacidad que tiene el ser humano de levantarse de las cosas que le pasan. Fíjate que los 16 que salimos de la cordillera estuvimos vivos por 42 años más, haciendo una vida normal, haciendo la vida sin fantasmas y pesadillas y estando perseguidos por, por o sintiéndonos acusada, culpable de algo que no pudimos ser culpables nunca.
Así que el hecho de que nosotros hayamos podido vivir una vida normal creo que es el legado más importante que tengo para dejar. Ya tienes hijos? Tengo tres hijos españoles, españoles.
Si has vuelto a la montaña de aquí, no conoces a tu mujer. He vuelto dos veces al mismo sitio y al volver con mis hijos, ahí sí, sí mismo.
Y sigue el avión o el avión está roto o está destrozado a pedazos dispersos. El glaciar se lo ha ido tragando y dentro de millones de años, el glaciar ese donde estaba el avión, pues escupirá por debajo. Lo hay. Hay restos dispersos de lo que fue el avión.
Ya os reunís los dos que todavía no supervivientes que quedáis, os reunís cada 22 de diciembre, 15 de los 16 supervivientes estamos vivos.
Nos reunimos cada fin de año en algún lugar y bueno, celebramos la vida y hablamos. Nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros proyectos e de cosas típicas de hombre ya entre 55 y 65 años, como somos ahora ya.
Y Pedro, tú das cuentas a tus hijos. Lo saben? Claro.
Sí, claro que lo saben. Hoy justamente estaba recordando con mis hijas cómo fue que ella se enteró y la verdad es que es muy simpático porque yo le contaba la historia como un cuento, un cuento como una aventura más. Hasta que un buen día le dije bueno, ese cuento que estoy contando es real, ya estaba ahí.
Pedro Algorta, uno de los integrantes de ese vuelo 571 y autor del libro Las montañas siguen ahí. Pero gracias. Gracias por contarlo. Te doy un fuerte abrazo. Muchas gracias por haber está con nosotros un espacio en blanco.
Gracias, Miguel. Fuerte abrazo. Igualmente. Muy generoso. Gracias.
Hasta pronto. Si te gusta el misterio, lo desconocido, tienes una cita con nosotros de 2 a 4 de la madrugada, del sábado al domingo. Espacio en blanco con Miguel Blanco en Radio Nacional. Llega la hora de las despedidas. Concluye nuestro viaje por hoy. Ojalá os haya gustado. Os hayan gustado los temas que os hemos preparado. La próxima semana, más el espacio en blanco volverá a abrir sus puertas ante los misterios de este universo y os esperamos a todos dentro de él mientras disfrutar de la semana, cuidaros.
Nos vemos aquí en Radio Nacional. La radio continúa a los 4. Os dejamos con un poquito de nuestra mejor música. Feliz semana! Nos vemos en el espacio en blanco. Yo amaba a los peñas Tannenbaum. Estuvo tu arietes, me enseña Do Yume chan, chan cam chaise. 12M Mefi boset, ya que hasta. Te explico. No puedes solo, Huanca. Descan so kipá, puesel. Chek nacen de las. Tumbará Espritus Posey tonteas? Jubones.